viernes, 20 de febrero de 2015

Historia




A principios de 1974, por iniciativa de dos mamás preocupadas por la educación de sus hijos, Yvonne Levy y Waleska Eisenthal, graduada en Montessori, comenzó lo que es hoy un referente ineludible en la educación venezolana: el Centro de Educación Activa María  Montessori.

A ellas se sumaron Lilian Abadi de Monk, Lucy Zarikian de Álvarez, Aída Villegas de Cervini, Sara Mishkin de Darer, Miriam Benarroch de Katz , Marta Brogad de Lubowski, Cristina Suárez de Sabal, Perla Sultán de Slimak y Carmen Rosa Consuegra de Van Reitsenstein, quienes compartían el mismo anhelo de brindarles a sus hijos e hijas una educación diferente,  que les ofreciera un ambiente que no obstaculizara el proceso de desarrollo de sus potencialidades, sino por el contrario fuera un lugar donde encontraran las herramientas para ir construyendo –cada quien con sus características- al adulto que llegarían a ser.

El C.E.A.M.M. comenzó, fundado oficialmente el 22 de junio de 1974, en una sede de Los Naranjos de Las Mercedes, como un Preescolar que brindaba a los niños la oportunidad de formarse en un ambiente que les proporcionaba equilibrio emocional y social, estimulando la parte cognitiva, las actividades físicas y las recreacionales, manteniendo una correspondencia coherente entre la teoría y la práctica.

Ante los exitosos resultados obtenidos, deciden abrir el 1º grado, y en 1977, cuando se muda a la sede de Santa Fe Norte, ya  contaba con los dos primeros grados de primaria, llegando a completarla en 1981. El aporte del cuerpo docente, que en sus inicios fueron los mismos padres, fue decisivo en la expansión del Ceamm como institución educativa, puesto que en todo momento no sólo fue la formación académica de cada uno de ellos, el entusiasmo ante la nueva concepción de la educación y convicción de que se estaba haciendo historia, sino que prevaleció un gran sentido de pertenencia, que hizo de nuestro colegio una gran familia. Han pasado ya 39 años, y a pesar de los cambios internos y externos que se han producido, de la incorporación de otras tendencias pedagógicas y corrientes educativas, se han mantenido los principios montessorianos que fueron, son y serán, el norte de nuestro trabajo, el cual es formar niños y niñas para un mundo mejor.

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